IDENTIFICA

El trabajo puede definirse simplemente como una actividad, que implica un esfuerzo físico o mental, realizada para lograr un resultado. Pero en realidad, es mucho más que eso: el trabajo es una necesidad básica, relevante no solo para el mantenimiento sino también para la calidad de vida. Nos permite satisfacer otras necesidades materiales, como la mera supervivencia física, así como satisfacer algunas necesidades inmateriales, como la sofisticada identidad, la pertenencia y el propósito.

El trabajo también tiene un significado colectivo: establece una red de conexiones e interacciones capaces de determinar la cohesión social. Por esta razón, la forma en que se organiza el trabajo dentro de una sociedad define el grado alcanzable de igualdad dentro de la propia comunidad.

El significado del trabajo en la experiencia humana es crucial: equilibra la oportunidad de participar en la sociedad preservando la autonomía personal. Este aspecto puede explicar por qué el desempleo o trabajar en condiciones peligrosas, insalubres o mal remuneradas priva a las personas de las cosas básicas para su desarrollo y su contribución al crecimiento de la sociedad. Estas situaciones no solo son un indicador económico alarmante, sino también la causa fundamental de la mala salud mental.

Hoy en día, la evolución de las tecnologías y el consecuente cambio de contextos sociales impactan en nuestros estilos de vida, redefiniendo la prioridad y el equilibrio de nuestras necesidades. Todo esto, inevitablemente, afecta también a nuestro ámbito profesional.

Para adaptarse al cambio y sobrevivir en el nuevo escenario competitivo, las empresas se están transformando: Se adoptan nuevos modelos organizativos, centrándose en el principio de la autoorganización.. Esta nueva forma de trabajar, denominada Smart Working, se distingue claramente del enfoque tradicional:

- Promueve una cultura organizacional basada en la confianza, el empoderamiento, el bienestar y la productividad individual/colectiva.

- Revisa el modelo de liderazgo y relaciones entre las personas, abandonando el control del tiempo y la presencia física en favor de una mayor autonomía, orientación a resultados y transparencia.

- Asegura una comunicación más eficaz y compartida mediante el uso de herramientas y tecnologías colaborativas para garantizar flexibilidad, movilidad y rentabilidad.

El smart working optimiza la forma de trabajar enfatizando la proactividad, reduciendo las actividades sin valor añadido y asegurando una mayor agilidad en los enfoques y relaciones. Para implementarlo, las empresas aprovechan prácticas como: 

- Trabajo flexible, refiriéndose a la forma en que se organiza el tiempo de trabajo como flexi-time (tiempo flexible), part-time (tiempo parcial), job share (función compartida), time off in lieu (compensación en tiempo libre), horas anualizadas y más.

- Trabajo remoto, refiriéndose a la ubicación desde la que se realiza el trabajo como hot-desking (espacio compartido), trabajo desde casa, teletrabajo, trabajo móvil, trabajo virtual en equipo y más.

- Contratos ágiles, refiriéndose a los tipos de colaboración laboral establecidos como autónomos, asociados y otros.

Estos pocos puntos redefinen el paradigma, cambiando la forma en que estamos acostumbrados a trabajar desde la Revolución Industrial: el trabajador finalmente está en el centro de la organización. Se trata de un cambio de mentalidad trascendental en el que el trabajador individual gana empoderamiento, es dueño de su trabajo, consciente de los resultados a alcanzar, consciente del trabajo en equipo e independiente en la definición de los métodos y tiempos óptimos para realizar las actividades. En pocas palabras: el bienestar individual se pone al centro para lograr el bienestar colectivo y viceversa.

El trabajo desde casa es una posible práctica del smart working. Está habilitado por:

1. La redefinición del alcance. El trabajador se enfoca en lograr los objetivos pactados en tiempo y calidad, recibiendo confianza en lugar de control.

2. El suministro de tecnologías. El trabajador puede realizar las actividades diarias gracias a herramientas de colaboración que aseguran una conectividad total.

3. El rediseño de espacios. El trabajador puede estar donde prefiera para garantizarle el entorno de trabajo más cómodo.

Los beneficios de trabajar desde casa están directamente relacionados con el trabajador y la empresa, pero tienen su impacto en la sociedad en general, mejorando el bienestar profesional, personal y social.

En particular, los beneficios para el trabajador son:

- Un mejor equilibrio entre vida y trabajo gracias a la flexibilidad horaria y de ubicación, que evita los desplazamientos diarios y permite una mayor proximidad a sus seres queridos.

- Aumento en los de la productividad, gracias a un entorno de trabajo personal que reduce las distracciones como los ruidos de la oficina y las interrupciones no planificadas.

- Incremento del empoderamiento, gracias a la conciencia de las propias responsabilidades y una relación de trabajo basada en la confianza.

Los beneficios para la empresa son:

- Aumento en los de la productividad gracias a un equipo de trabajadores más sereno, empoderado, responsable y consciente.

- Reducción de costos, gracias a la reorganización de espacios (reducidos en tamaño o reorientados a iniciativas rentables como proyectos especiales o alquiler a terceros) y la optimización de procesos (reducción de costes de viaje, mejora de estándares).

- Incremento conocimiento de la marca gracias a un mayor atractivo y nuevos grupos de talentos en otras regiones del mundo.

Si bien es cierto que existen beneficios, el trabajo desde casa puede presentar alguna amenaza para el bienestar general de los empleados cuando no se gestiona correctamente:

- Aumento en los niveles de estres como resultado de una interacción personal reducida tanto con los compañeros como con el equipo de gestión, y de un mayor sentido de responsabilidad en las entregas.

- Riesgo de soledad, como resultado de pasar a un entorno de trabajo en solitario.

- Falta de estabilidad, como resultado de los límites difusos entre la vida profesional y personal.

- Complejidad de las interacciones con familiares y compañeros de piso, como resultado del numero limitado de espacios disponibles.

- Dificultades en la coordinación del equipo y en la gestión, como consecuencia de la distancia física y la falta de confianza.

Para evitarlo, instituciones, empresas y trabajadores deben aunar esfuerzos en la definición e implementación de un modelo operativo exitoso y adaptado a sus necesidades específicas.

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  • Bienestar físico

    Trabajar desde casa generalmente se asocia con más tiempo para el ejercicio físico, una mayor posibilidad de comer sano, mayores posibilidades de curarse de una enfermedad, así como una menor exposición a las enfermedades y, en general, la oportunidad de crear un lugar de trabajo más adecuado y ergonómico.

  • Bienestar mental

    El bienestar mental y el trabajo a distancia están entrelazados. El trabajo puede ser la causa principal o el promotor de problemas de salud mental, pero también puede actuar como un mecanismo de apoyo. Por ejemplo, trabajar desde casa puede disminuir los niveles de estrés al disminuir las interrupciones por parte de los compañeros de trabajo, mantenernos fuera de la burocracia presente en la oficina, proporcionar un ambiente de trabajo más tranquilo y cómodo y eliminar los desplazamientos diarios.

  • Bienestar social

    El trabajo desde casa impacta a la sociedad de varias maneras, tales como: reduciendo la huella ambiental (p. ej., disminución de la emisión de dióxido de carbono en los desplazamientos diarios), combatiendo la crisis de la vivienda (p. ej., reducción de la demanda/precio de la vivienda en áreas metropolitanas), reduciendo las desigualdades (p. ej., mayores oportunidades para las personas que viven en áreas con dificultades económicas).

INTERVÉN

Comportamiento personal

1. Sigue un horario. Haz de la rutina diaria tu prioridad respetando los momentos más importantes del día: la hora de levantarse, la hora de desayunar, de merendar, de comer, de cenar y la hora de irse a dormir. Cumplir con horarios predefinidos ayudará a tu mente a estructurar el resto del día y a establecer la mentalidad adecuada para las próximas actividades.

2. Prepárate como si te dirigieras a la oficina.. Deja tu pijama para más tarde. Ducharse y vestirse son actividades diarias que haríamos antes de ir a la oficina y que pueden aumentar nuestra productividad cuando trabajamos desde casa.

3. Planifica tu jornada laboral con antelación. Utiliza los últimos 15 minutos de tu jornada laboral para revisar y completar la agenda del día siguiente. Al hacerlo, intenta desglosar lo que necesitas hacer en paquetes de trabajo de aproximadamente 50 minutos para mantenerte concentrado.

4. Planifica tu jornada laboral considerando tus picos de productividad. Trabaja durante las horas en las que te sientes más productivo e intenta organizar las tareas poco exigentes o deberes personales durante tus valles de productividad. Esta forma de planificar liberará tiempo en tu agenda.

5. Incluye descansos en tu jornada laboral. Incluye descansos de 10 minutos entre el final y el comienzo de cada paquete de trabajo en tu horario. Caminar, tomar aire fresco, meditar o cuidar las plantas te ayudará a liberar tu mente para abordar la siguiente tarea de la lista.

6. Elige tu espacio de trabajo. Encuentra el lugar de tu casa que proporciona las condiciones ambientales adecuadas para trabajar y que te mantenga alejado de cualquier distracción posible. No es aconsejable acostarse en la cama o en el sofá, ya que nuestra mente suele percibir estos espacios como áreas de descanso y entretenimiento. Si en casa no puedes encontrar un espacio de trabajo adecuado, puedes intentar trabajar de forma remota desde una cafetería o desde la biblioteca más cercana.

7. Aplica las 5S, no solo a tu espacio de trabajo. Mantén tu espacio de trabajo organizado y minimalista, pero no solo eso. Cuando trabajas desde casa, utilizarás durante el día otras estancias como la cocina o el baño. El 5S es una metodología que te ayuda a organizar tu espacio de trabajo identificando lo que necesitas y eliminando lo innecesario, organizando las cosas de manera lógica, realizando tareas de limpieza y manteniendo el nuevo orden. Mantener esos espacios significativos y ordenados te ayudará a concentrarte en lo esencial y en el momento presente.

8. Comparte tu plan de trabajo con tus compañeros de piso y familiares. Deja claro a los demás cuándo tu horario de trabajo para evitar interrupciones y permitir que los demás se organicen correctamente.

9. Marca una línea entre la vida profesional y la personal. Durante tu tiempo de trabajo elimina cualquier posible distracción para poder hacer más en menos tiempo. Por ejemplo, cuando trabajes, mantén tu teléfono alejado, silencia la mensajería instantánea y tus notificaciones personales de correo electrónico, elimina los accesos rápidos de la barra de herramientas de tu navegador, cierra la sesión en tus cuentas de redes sociales y manténte al margen de las actividades domésticas no planificadas. Lo mismo aplica al revés: durante tu tiempo personal, intenta no responder algunas llamadas y mensajes del trabajo para poner cierta distancia entre vida personal y profesional. De igual modo, evitar revisar los correos electrónicos cuando te acabas de despertar.

10. Define las pautas de comunicación con tus compañeros. Deja claras las pautas de comunicación que deseas seguir con tus colegas cuando trabajas de forma remota. Establecer expectativas limitará la cantidad de mensajes de comunicación instantánea que recibirás evitando los hábitos de comunicación impulsivos que pueden ser presentes en la oficina.

11. Mantente en contacto con tus compañeros, pero no solamente eso. Usa la tecnología como videoconferencias y mensajería instantánea para discutir con tus colegas sobre el progreso que estás haciendo y los próximos pasos. Los intercambios recurrentes te mantendrán motivado y harán que te des cuenta del impacto que tu trabajo tiene cuando se combina con los avances realizados por otros. Además, salir a tomar un café o hacer videollamadas con tus amigos durante el tiempo libre te ayudará a mantenerte humano y a luchar contra el enfoque "solitario" de la tarea.

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1. No te saltes ninguna comida. Asegúrate de respetar tus comidas diarias. Tu cuerpo y mente necesitan nutrientes para funcionar correctamente, así que aliméntalos de manera adecuada y regular para combatir el cansancio y mantener altos tus niveles de energía. En lugar de concentrar tu ingesta de alimentos en tres comidas grandes, considera incluir algunos snacks para alcanzar un total de cinco o seis comidas más pequeñas.

2. Cíñete a comidas saludables. Come lo que comerías en la oficina. Cuando trabajas desde casa, corres el riesgo de romper tus hábitos saludables, por ejemplo, comiendo alimentos ricos en grasas. Evítalo: hoy en día, hay muchas recetas saludables que requieren poco esfuerzo de preparación y que son preciosas para tu paladar. Por ejemplo, al incluir nueces, huevos, col rizada, brócoli, café, aguacates, bayas, chocolate negro, cereales integrales o pescado graso en una dieta, ayudas el correcto funcionamiento de tu cerebro.

3. Mantén los buenos modales. Come como lo harías si estuvieras acompañado. Cuando trabajas desde casa, corres el riesgo de romper con los buenos modales, por ejemplo, comiendo en otros lugares en lugar de sentarte alrededor de la mesa del comedor. Evítalo: si te resulta difícil o no te gusta comer solo, siempre puedes programar una videollamada con tus mejores amigos y familiares para disfrutar de un "e-launch" o "e-dinner".

4. Prepara tus comidas con anticipación o opta por un plan B. Cocina tu comida diaria durante el fin de semana o el día anterior, y si no puedes hacerlo, utiliza un servicio de entrega a domicilio. Adoptar este hábito asegurará que comes las cosas correctas y que pasas la hora de la comida comiendo y socializando, o viendo algún entretenimiento en lugar de cocinar. Además, esto te ayudará a respetar el tiempo de trabajo planificado en tu horario.

1. Mantén la postura correcta. Adopta hábitos posturales correctos durante el trabajo para evitar posiciones forzadas de cuello, brazos o espalda que puedan derivar en problemas de salud. Mantener los hombros relajados, mantener los pies apoyados en el suelo, apoyar la espalda en la silla y los brazos en la mesa formando un ángulo de 90º en los codos o evitar tensar el cuello son algunas de las indicaciones a tener en cuenta durante el trabajo.

2. Haz ejercicio durante tus descansos. Practica actividades físicas sencillas para mantener un tono muscular adecuado, prevenir trastornos musculoesqueléticos y al mismo tiempo liberar la tensión acumulada durante la jornada laboral. Algunos de los ejercicios que puedes hacer consisten en girar la cabeza a izquierda y derecha, girar la cabeza a izquierda y derecha con cierta inclinación, levantar los brazos como si quisieras tocar el techo, torcer las muñecas, etc.

Entorno físico

1. Evita la exposición a contaminantes del aire. El monitoreo y la eliminación de los contaminantes del aire interior como el monóxido de carbono (CO), las partículas, los compuestos orgánicos volátiles (VOCs) y el ozono, puede mejorar nuestra respiración y disminuir las posibilidades de experimentar problemas de salud como dolores de cabeza, garganta seca, irritación ocular o ataques de asma.

2. Ventila tu espacio de trabajo con frecuencia. Proporciona suficiente ventilación para mantener el aire fresco dentro de tu espacio de trabajo y para eliminar los contaminantes del aire. Al abrir las ventanas, asegúrate de que la velocidad del aire que fluye hacia la habitación no sea molesta y asegúrate también de que el nivel de calidad del aire exterior esté dentro de rangos saludables.

3. Mantén un nivel de humedad adecuado. Mantener el nivel de humedad de tu espacio de trabajo entre el 30% y el 60% reducirá la creación de moho dañino, disminuirá el riesgo de desarrollar alergias y proporcionará la humedad necesaria para experimentar una respiración adecuada.

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1. Ajusta el contraste y el brillo de tu pantalla. La diferencia entre la pantalla y el resto de elementos circundantes como la mesa y otros elementos debe ser la mínima posible. Si el contraste es alto, el ojo debe adaptarse continuamente al cambiar el enfoque de un objeto a su pantalla, y esto conduce a una fatiga visual rápida.

2. Establece una iluminación adecuada para tu espacio de trabajo. Puedes alcanzar el nivel adecuado de iluminación ubicando tu espacio de trabajo donde tengas acceso a la luz del día o, si no es posible, utilizando luz artificial. Para trabajos de oficina, se recomienda un nivel de iluminación alrededor de 500 lux.

3. Considera la ubicación de las fuentes de luz. Las fuentes de iluminación, tanto naturales como artificiales, deben estar paralelas a la línea de visión, es decir, la pantalla debe ser perpendicular a ellas. Esta configuración evitará reflejos y deslumbramientos.

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1. Reduce la exposición al ruido. Ubicar tu espacio de trabajo en un área tranquila y silenciosa te ayudará a aumentar tu concentración y disminuir el estrés creado por los ruidos. Cerrar las ventanas, pedir silencio a tus compañeros de piso y familiares y apagar las notificaciones de tu smartphone son algunas de las acciones que puedes tomar para reducir la exposición a ruidos molestos.

2. Aíslate de los ruidos temporales. Crear tu propio ambiente sonoro en el espacio de trabajo a veces puede ser beneficioso, especialmente cuando te distraes con fuentes de ruido externas. Escuchar música o sonidos de fondo como ruido blanco es una de las acciones que puedes realizar para enmascarar ruidos molestos y aumentar tu concentración y productividad.

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1. Adapta la temperatura del espacio de trabajo a tus necesidades. Alcanzar el confort térmico individual tiene un impacto en tu salud pero también en tu productividad. Depende de varios factores externos como la temperatura del aire y la humedad, pero también de factores personales como la tasa metabólica o el aislamiento de la ropa. Sin embargo, en términos generales, se aconseja mantener la temperatura interior entre 23ºC y 26ºC en verano, y entre 20ºC y 24ºC en invierno.

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1. Hidrátate adecuadamente. Beber agua con frecuencia te ayudará a regular la temperatura de tu cuerpo, a transportar los nutrientes y a contribuir a la eliminación de desechos y toxinas. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (ESFA) recomienda una ingesta de agua, de todas las bebidas y alimentos, de 2 L/día para mujeres adultas y de 2,5 L/día para hombres adultos. El Instituto Estadounidense de Medicina de las Academias Nacionales recomienda una ingesta de agua, considerando bebidas y alimentos, de 2,7 L/día para mujeres adultas y de 3,7 L/día para hombres adultos.

2. Asegúrate de que el agua potable sea segura. Controlar el nivel de calidad de tu agua potable en casa no solo te ayudará a identificar sustancias nocivas, sino que también te evitará comprar agua embotellada.

Características individuales

1. Selecciona una superficie de trabajo adecuada. Utiliza una mesa lo suficientemente alta para colocar tus piernas, y lo suficientemente ancha y profunda para que quepan todas las herramientas necesarias para el desarrollo de tu trabajo, permitiendo al mismo tiempo alcanzar todas las herramientas sin adoptar posiciones forzadas. Para determinar la altura de la mesa considere que, cuando te sientas en la silla y apoyas la mano sobre la mesa, el antebrazo debe estar en posición horizontal.

2. Selecciona una silla adecuada. Utiliza una silla adecuada que mantenga la espalda recta y relajada, el cuello en una posición no forzada y que permita una buena circulación sanguínea en las extremidades inferiores. Una silla adecuada para el trabajo puede girar, es ajustable (en altura del asiento e inclinación y altura del respaldo), incluye cinco puntos de apoyo con ruedas que permiten el movimiento natural, tiene apoyo lumbar (con forma cóncava y móvil que sostiene la espalda), y tiene un asiento ligeramente inclinado hacia atrás (3º - 5º) con unas dimensiones de 40 x 40 cm. Son preferibles los asientos acolchados, con un borde frontal redondeado y fabricados con tejidos porosos para evitar opresiones circulatorias en las extremidades inferiores y permitir la transpiración. Los apoyabrazos solo son necesarios en aquellos casos en los que no interfieren con los movimientos requeridos.

3. Considera usar un reposapiés. Úsalo solo cuando, después de ajustar la silla a la altura de la superficie de trabajo, tus piernas no descansen suficientemente sobre el suelo. Te ayudará a relajar las piernas y a liberar el peso de las caderas cuando estés sentado. Los reposapiés deben ser móviles, regulables en inclinación (0º - 15º), con una dimensión mínima de 45 x 35 cm de profundidad y fabricados con materiales antideslizantes tanto para los pies como para la zona de apoyo al suelo.

4. Ten en cuenta la posición de la pantalla. Coloca la pantalla a una distancia de entre 40 y 75 cm de tus ojos, a una altura tal que el borde superior de la pantalla esté en línea con la altura de tus ojos, e inclinándola ligeramente (10º - 15º) en modo que el borde inferior apunte hacia nosotros.

5. Considera la posición del teclado y del ratón. El teclado y el mouse deben ser entidades independientes de la pantalla. Deben colocarse al menos a 10 cm del borde de la mesa, de manera que tus brazos puedan descansar sobre la mesa y doblar el codo a 90º, tu espalda permanezca recta y tus hombros relajados.

6. Considera usar un reposamanos. Colocar una almohadilla en el borde del teclado o del mouse mantendrá la muñeca apoyada a una altura suficiente para poder trabajar con la muñeca recta.

7. Adopta soluciones que te permitan ser eficiente y colaborativo. La conexión a Internet de alta velocidad, los amplificadores de wi-fi, las herramientas de comunicación en tiempo real, de gestión de proyectos y de gestión del tiempo, son solo algunas de las soluciones que puedes necesitar para que trabajar desde casa sea más colaborativo y eficiente.

8. Protege tu trabajo en casa. Algunas de las medidas para mantener protegidos tanto tu hogar como tus pertenencias profesionales son: usar contraseñas únicas, actualizarlas de manera recurrente, proteger tu red doméstica, configurar un antivirus y firewall en tus dispositivos e instalar soluciones de seguridad para la casa.

9. Haz que trabajar des de casa sea seguro. Existen algunas medidas esenciales que puedes implementar para hacer de tu hogar un lugar más seguro para trabajar. Por ejemplo, puedes mantener tu hogar limpio, organizado y libre de objetos y cables que no necesitas, especialmente en las áreas de paso. Además, recuerda mantener el agua alejada de tu ordenador y otros dispositivos eléctricos, realiza un mantenimiento regular de los dispositivos domésticos, arregla las estanterías y considera instalar dispositivos de seguridad.

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Este contenido expresa nuestra opinión personal y no pretende sustituir el consejo médico. Comparte siempre con tu médico cualquier pregunta que puedas tener sobre condiciones médicas o hábitos específicos.
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